(...) Un par de pestañas como medias lunas, una boquita fruncida, una cabecita sedosa...
Con estas palabras se describe la llegada de un nuevo ser en un mágico libro de Diane Setterfield. No he hallado, desde entonces, una descripción más gráfica y más acertada que ésta sobre lo que representa la primera imagen de un recién nacido. Y no he querido, pues, empezar esta entrada con otra frase que no fuera la elegida. La llegada de un bebé a una casa pone el mundo de todos los que lo rodean patas arriba, pero dota a sus seres más allegados de una capacidad de sorpresa y disfrute de las pequeñas cosas, que en pocas ocasiones se vuelve a repetir. Un nacimiento genera una cantidad de primeros momentos casi infinita de contar y de abarcar. Cualquier cosa, por pequeña y nimia que sea, es susceptible de convertirse en toooodo un acontecimiento familiar: los primeros bostezos, el primer baño ya en casa, toser, roncar, reír, los primeros gorjeos, el primer biberón, su primera papilla, la playa, la primera navidad, los primeros pasos, el primer año...hay taaantas y tantas cosas que ocurren por primera vez para alguien que acaba de llegar al mundo, que se necesitarían cien entradas como ésta para poder empezar a hablar de segundas veces.
Para dejar constancia de algunos de esos primeros momentos, fue creado este álbum, el más especial de los que he hecho hasta ahora, por la cantidad de posibilidades que ofrecía. Era necesario crear una pieza práctica y manejable, pero bella en su conjunto, que otorgara la posibilidad a sus receptores de plasmar, de forma clara y ordenada, la mayor cantidad de primeros e importantes momentos del bebé que están esperando...en este caso, una niña. A la espera de la tremenda y definitiva decisión final sobre el nombre elegido, que coronará la portada, os presento mi primer (y espero que no el último) álbum de bebé.
La colección elegida -por desgracia ya descatalogada del mercado- está inspirada en las estampas infantiles de antaño, con colores ajados, muy acordes con el estilo vintage que tanto impera en nuestros días y que algunos llevamos años venerando.
Espero que os guste y os animéis, si encontráis la ocasión, a regalar un detalle tan especial a alguien a quien apreciéis. Contad con la bruxanovata para ello...
Y a mi mayor mecenas a la par que amiga...gracias una vez más, por pensar en mí para llenar con pequeños detalles, grandes momentos...